La Noche más Oscura

Una noche más, no indiferente.

Su espesura me envuelve irremediablemente.

Manto único y pesado, desplomado sobre mi.

Carga mortecina y sin embargo, bella.

Entre su negrura y mi soledad, la luz tiene cabida.

Percibo con deleite lo emergente, lo constante, lo invariable…

Cientos de guiños, numerosos iris que colorean la «Gran Pupila».

Silenciosos pero persistentes me acompañan.

Y, destacándose entre todos ellos: Ella.

Dama blanca, sabia y serena, clarividente.

Su presencia sosiega. Baño lumínico protector…

Gracias por dejarte ver en mi noche más profuda, más oscura.

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